viernes, 16 de diciembre de 2011

"HARÉ MÁS RUIDO MUERTO QUE VIVO"

El Padre Pío prometió que haría más ruido muerto que vivo, y lo ha cumplido en España este año


CAMINEO.INFO.- La expresión "haré más ruido muerto que vivo" fue una profecía más de las muchas que jalonaron la vida de San Pío de Pietrelcina (1887-1968). Con ella quiso expresar que la poderosa fuerza de intercesión que Dios le había concedido, y que se tradujo en una sucesión inacabable de milagros en vida como no se recuerda de ningún otro santo de los últimos siglos, continuaría tras su muerte.

No fue un don fácil de recibir, porque tuvo un precio. El Padre Pío vivió en su carne la Pasión de Cristo durante medio siglo, con los estigmas en manos, pies y costado y un continuo sufrimiento que completaba con una continua oración y un único objetivo: la salvación de las almas. Prácticamente su único apostolado fue confesar durante horas sin fin, en la pequeña iglesia de San Giovanni Rotondo, a decenas de miles de personas que llegaban a su confesonario desde todos los rincones del mundo.

El octubre del año pasado el escritor José María Zavala publicó una obra, Padre Pío. Los milagros desconocidos del santo de los estigmas (LibrosLibres), que recogía historias del santo desconocidas hasta el momento. Unas, procedentes de la Positio de canonización. Otras, sucedidas tras su fallecimiento y hasta nuestros días.

Lo llamativo del caso es que acaba de salir una quinta edición de este libro que incorpora un capítulo nuevo dedicado exclusivamente a recoger un buen número de nuevos hechos extraordinarios vinculados al santo, y que, o bien tienen su origen en el mismo libro (la mayor parte), o bien han llegado a conocimiento del autor tras su publicación.

Algunos (a la espera, por supuesto, del juicio de la Iglesia) figurarían en el ámbito de los milagros en sentido estricto: curaciones que la ciencia no puede explicar.

Cánceres y cólicos
Por ejemplo, el cáncer de cerebelo de Rita. Se lo diagnosticaron a los pocos días de que su hija, Teresa, acudiese a la presentación del libro en la parroquia María Virgen Madre de Madrid, que dirige el sacerdote Santiago Martín, y donde intervino el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.

Teresa apenas había oído hablar del Padre Pío hasta aquella fecha, pero cuando el médico les dijo que a su madre le quedaban tres meses de vida, y que era el momento de hacer un último viaje juntas, no dudó en llevarla a San Giovanni Rotondo. Cuando regresaron, Rita se encontró muy mal y hubo que ingresarla de nuevo. Al hacerle las nuevas pruebas... el cáncer había desaparecido.

Teresa, que sólo se había confesado una vez desde entonces, lo hace ahora con frecuencia y se está preparando para recibir el sacramento de la Confirmación.

También está el caso de Charo y Pati, de nuevo madre e hija, pero en este caso la curación fue doble e idéntica. Con un año de diferencia, a ambas les diagnosticaron un cólico nefrítico que requería intervención quirúrgica, y a ambas les suspendieron la intervención quirúrgica porque al ir a hacerla las piedras habían desaparecido del riñón.

Como en la historia anterior, no era sanar el cuerpo, sino el alma, lo que el Padre Pío buscaba. Charo y Pati habían sido socialistas y feministas toda su vida, hasta que conocieron al santo capuchino en el ámbito de un grupo carismático. Su cambio fue radical y encontraron a su vida un sentido que, envueltas en esos errores, habían perdido.

La sonrisa de Marta
El relato más emotivo de este capítulo es el de Marta. Murió de cáncer a los nueve años, tras tres de sufrimiento que llevó siempre con alegría. Señalada por Dios y educada en el amor a Él, cuando salió de la primera operación, lo primero que pidió a su abuela no fue comer o jugar: "Quiero rezar", dijo. No se separaba nunca de la reliquia especial del Padre Pío que le había regalado el padre Elías Cabodevilla, prologuista del libro.

Su padre también fue a San Giovanni Rotondo a pedir el milagro. Pero no tuvo la suerte de Teresa y Rita. ¿O sí? Él, desde luego, no se siente frustrado, porque sí hubo milagro. Que no fue la curación, sino "el modo de vivir la enfermedad y la manera en que [la niña] nos contagiaba su entusiasmo. Nos enseñó a vivir cristianamente": su enfermedad sirvió para congregar en torno a la oración por ella a muchos familiares separados hasta entonces por graves desavenencias.

Raquel y Betty
Sustituir el odio por amor: he ahí otro milagro del alma. Y sucedió en Madrid con dos hermanas venezolanas que llevaban siete años sin hablarse. La señora de la casa donde trabajaba Raquel conoció el libro de Zavala, se lo pasó a ella, y ésta, sin mucha convicción al principio, lo leyó.

Decidió pedir al Padre Pío la reconciliación con Betty... y antes de una semana se estaban fundiendo en un abrazo.

Ésa es la huella de este santo: rescatar almas alejadas de Dios, como la de Consuelo, entregada a una locura de sexo y cocaína, y que escribió al autor de libro en los últimos meses para explicarle quién la sacó de ese hoyo.

Padre Pío ha servido incluso para dar una vocación sacerdotal. Raúl, ahora seminarista, tiene en aquel hombre excepcional el modelo perfecto de la "profesión" que ha escogido: la imitación de Cristo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

HECHOS EXTRAORDINARIOS. PENSAMIENTOS. EL MILAGRO PARA JUAN PABLO II y más.






 Un milagro para Karol Wojtyla

La profesora Wanda Poltawska, polaca, a causa de una grave enfermedad estaba en el hospital esperando ser operada. La operación, según los médicos, aunque tuviera éxito, no le iba a dar más de un año de vida.

La señora Wanda enseñaba psiquiatría en la Universidad de Cracovia y en aquel tiempo era colaboradora del arzobispo Karol Wojtyla y estaba ligada a él por profunda estimación y amistad.

En aquellos meses el arzobispo estaba en Roma en ocasión del sínodo de obispos. Cuando supo de la gravísima enfermedad de la doctora, se acordó que en San Giovanni Rotondo tenía a su gran amigo el Padre Pío, que había conocido y visitado en el lejano año de 1947, durante unas vacaciones de verano. El 17 de noviembre de 1962 le escribió la siguiente carta:

“Venerable Padre, te ruego que eleves a Dios una oración por una madre de cuatro hijas, que tiene 40 años y vive en Cracovia, en Polonia. Durante la última guerra  pasó cinco años en un campo de concentración de Alemania. Está en gravísimo peligro de perder la vida a causa de un cáncer. Ruega para que Dios, por la intercesión de la Santísima Virgen, le muestre su misericordia a ella y a su familia”.


 En Cristo obligadísimo Karol Wojtyla”.

Cuadro de texto: fuente : 
REVISTA GENTE MESE
abril 1999
 
 

La carta le fue entregada personalmente a Padre Pío por mano del señor Angelo Battisti, administrador de las obras sociales de San Giovanni Rotondo. Padre Pío, después de haber leído la carta le dijo a Don Angel:

¡”A este no le  puede decir que no”!

Luego, después de un silencio pensativo, añadió

“Angelillo, guarda esta carta por que un día será importante”.

Once días mas tarde, precisamente el 28 de noviembre, el arzobispo de Cracovia volvía a enviar a San Giovanni Rotondo una segunda carta en la que le daba las gracias a Dios y al Padre Pío porque en los últimos exámenes clínicos que le practicaron a la doctora Wanda, poco antes de la operación, los médicos habían descubierto que el tumor maligno había desaparecido: 

 “Venerado Padre, la mujer que vive en Cracovia, en Polonia, madre de 4 niñas, el día 21 de noviembre antes de la operación quirúrgica  se curó repentinamente. Damos gracias a Dios y también a ti venerado padre expreso mi sincero agradecimiento a nombre de la señora, de su marido  y de toda su familia” 

 











"Cada Santa Misa, escuchada con devoción, produce en nuestras almas efectos maravillosos, abundantes gracias espirituales y materiales que, nosotros mismos, no sabemos..¡Es más fácil que la tierra exista sin el sol que sin el Santo Sacrificio de la Misa!"    Padre Pío

 
  TESTIMONIO DE LAURETTA BELSASSO

          CÓMO CONOCÏ PERSONALMENTE A PADRE PIO:


    Las señoras italianas en la Ciudad de México, se reunían para obtener fondos para enviarlos a la recién fundada “CASA SOLLIEVO DELLA SOFFERENZA (mayo de 1956): organizaban tés de caridad en la Embajada de Italia, rifas y otras manifestaciones para mantener una cama del hospital a nombre de “SEÑORAS ITALIANAS DE MÉXICO”.

    En mayo de 1958 mi madre (Edda) y yo íbamos a ir de vacaciones a Roma, a París y Bruselas y decidimos pasar por San Giovanni Rotondo para entregarle personalmente a Padre Pío el cheque de lo que habíamos recaudado. Yo quería pedirle que me iluminara en mi vida sentimental pues un muchacho belga me había pedido que nos casáramos y yo me sentía demasiado joven para dar el paso y además lo conocía poco pues yo vivía en México y él en Bruselas.


    Mandamos una carta de solicitud de audiencia y cuando ya estábamos en Roma nos llegó un telegrama que decía “breve coloquio con Padre Pío el 24 de mayo a las 7 de la mañana. Nos informaban también que habían reservado una habitación para la noche anterior en el convento de las Hermanas que atendían el Hospital ya que no había más que un pequeño hotel y no había cuartos disponibles.
    El 23 de mayo por la mañana tomamos un tren hacia FOGGIA, ahí, frente a la estación tomamos el autobús que sale cada hora para San Giovanni Rotondo y en una hora estábamos en el pueblito de Padre Pío. Digo “pueblito”, pues la verdad todo era modesto y pequeño, sólo el gran hospital, de pura caridad “LA CASA SOLLIEVO DELLA SOFFERENZA”.


    Caminamos hasta la casa de las Monjas, dejamos nuestras cosas y nos dirigimos a la Casa Sollievo della Sofferenza para entregar el cheque y pedir instrucciones para la visita a Padre Pío y hacer una visita a las grandiosas instalaciones.


Nos dijeron que al día siguiente fuéramos a la Misa que celebraba Padre Pío a las 6 de la mañana y de ahí un niño nos acompañaría hasta el Confesionario de Padre Pío, donde podríamos hablar con él.


    Así fue. Yo dormí poco toda la noche por el entusiasmo de que conocería a Padre Pío, mi mamá también estaba emocionada. A las 5 de la mañana las monjas nos despertaron, nos bañamos y caminamos hasta la Iglesia, en construcción (que se inauguró un año después), donde Padre Pío celebraba su Misa maravillosa y a la que asistían también muchos de los enfermos, desde las ventanas del Hospital. Los que participamos en la Misa, percibimos la altura y profundidad de su espiritualidad. La Misa fue algo extraordinario. El Padre Pío sufría el abandono del Padre y la sed hasta la comunión, momento culminante de la Misa. Inclinado sobre el altar, apretando el cáliz entre las manos y con el Señor en su corazón, completamente enajenado, permanecía largos minutos con Jesús, sin escatimar tiempo.



 Cuando celebraba la Misa, el aspecto exterior de ese Siervo de Dios impresionaba, arrebataba y conmovía profundamente. La Misa del Padre Pío ha sido siempre un misterio.

    Una hora y veinte después, al terminar la Misa, un niño nos acompañó al Confesionario que se encontraba en la pequeña iglesia antigua. A los dos lados del Confesionario ya había unas filas enormes de personas que se iban a confesar con el Padre. A nosotros nos llevó frente a él y las dos caímos de rodillas ante la presencia de ese gran sacerdote. No recuerdo mucho por la emoción que tenía, sólo que Padre Pío tomó la mano de mi mamá donde traía las fotografías de mi papá y de Guido mi hermano y sin que ella abriera la boca él le dijo “una bendición para tu marido y tu hijo”, luego le tocó el hombro y le dijo “sigue haciendo obras de caridad” y se volteó hacia mí, puso su mano sobre mi cabeza y me dijo:”se te van a aclarar todas tus dudas”. Así, después de 5 minutos frente a él, nos dio su mano para que besáramos sus llagas y nos despidió.


    Salimos de la Iglesia un poco desconcertadas, pues había sido todo tan rápido. Mi mamá me comentó que eso no había sido “un breve coloquio” pues ninguna de las dos pudimos hablar con Padre Pío y estaba un poco triste. Yo le decía que aunque no habíamos pedido nada, Padre Pío sabía lo que queríamos y nos lo había dado.


    Cuando llegamos a casa de las Religiosas, vino corriendo el niño que nos había acompañado, diciendo que había un mensaje de Padre Pío para mi mamá en el hospital. Ella, que no quería caminar mucho, me pidió que yo fuera..


    Llegando ahí una de las enfermeras me dio 2 rosarios y me dijo que Padre Pío nos los mandaba y se disculpaba con mi mamá, pero que había almas que necesitaban “más tiempo “. Cuando se lo conté a mi mamá…se quería morir de la pena pues se dio cuenta de que Padre Pío, sin moverse del confesionario, había comprendido su desilusión y quería disculparse!!!!.


    En 1967 visité nuevamente a Padre Pío. Durante la Misa me había concentrado al máximo en el tremendo misterio que se estaba celebrando en mi presencia: (como había dicho Padre Pío) en la redención de mi alma y la reconciliación con Dios. En mi mente le pedí que me diera una señal de que sabía quien era yo.


    Gentes de todas las partes del mundo acudían a San Giovanni Rotondo para participar en aquella Misa, impulsados por la fuerza irresistible del Espíritu Santo. Después de esperar impacientes toda la noche en la explanada de la iglesia, los peregrinos, al abrirse las puertas del templo, irrumpían tumultuosamente en la casa de Dios y se apiñaban en torno al altar para ver de cerca al estigmatizado. Cristo crucificado se hacía presente visiblemente en la persona de su ministro: su pasión y muerte se reflejaba durante la celebración del sacrificio del Calvario, celebrada por su sacerdote, Padre Pío, que en aquel momento le prestaba voz, manos y corazón.


    Me permitieron estar entre un pequeño grupo de sus devotos, en el pasillo donde pasaba Padre Pío en su silla de ruedas, para ir a su celda, después de la Misa. Ya estaba enfermo, de hecho, murió un año después. Al pasar frente a mi y darme su mano a besar, como a las otras personas, me tocó la cabeza y me sonrió. Lo seguí con mi mirada y a nadie más le tocó la cabeza. Era la prueba que yo esperaba. Padre Pío, sí sabía quien era yo!!!.


    Han pasado muchos años desde esas dos fechas y no hemos podido olvidar esos pocos pero maravillosos minutos que pasamos frente a Padre Pío. Mi mamá siguió haciendo cada vez más obras de caridad y hablando con sus amigas de Padre Pío, hasta el día de su muerte, poco antes de cumplir los 88 años en 1994.


    Y yo, bueno, cada día de mi vida le rezo y pido por todas las personas que conozco y trato de difundir su devoción, para que todos aquellos que lo conozcan, sepan lo que significa SER SANTO!!!! Un hombre modesto que comprendió bien pronto que su camino era el de la Cruz y lo aceptó inmediatamente con valor y por amor. Que experimentó durante muchos años los sufrimientos del alma, y durante años soportó los dolores de sus llagas con admirable serenidad.


    El amor de Dios llenó totalmente al Padre Pío, colmando todas sus esperanzas; la caridad era el principio inspirador de su jornada: amar a Dios y hacerlo amar. Su preocupación particular: crecer y hacer crecer en la caridad.


    Para el Padre Pío la fe era la vida: quería y hacía todo a la luz de la fe. Estuvo dedicado asiduamente a la oración. Pasaba el día y gran parte de la noche en coloquio con Dios. Decía: “En los libros buscamos a Dios, en la oración lo encontramos. La oración es la llave que abre el corazón de Dios”. La fe lo llevó siempre a la aceptación de la voluntad misteriosa de Dios.


El Santo y el Siervo
La historia de Vincent Falco
Vincent Falco
Libro producido por Vincent Falco


TESTIMONIO  DE CARLOS TOLEDO LLAMPALLAS

SUS HIJOS CARMEN LUZ, RITA MARIA Y JOSE CARLOS

(fragmento de una carta dirigida  al PBro. Luis Eduardo Suesco)

 …EN UNIÓN A MI ESPOSA RITA FUIMOS MIEMBROS DE  LA DIFUSORA MARIANA QUE FORMAMOS 15 CATÓLICOS, EN EL CAMINO DE ESTA DIFUSIÓN, CONOCIMOS INFORMES DEL REVERENDO PADRE PÍO DE PIETRELCINA QUE VIVÍA EN EL CONVENTO DE  LOS PADRES CAPUCHINOS EN SAN GIOVANNI  ROTONDO, FOGGIA ITALIA. 

POCO A POCO FUIMOS CONOCIENDO LOS HECHOS MARAVILLOSOS. DE LA VIDA DE ESTE GRAN  SACERDOTE, QUE DESDE UN PRINCIPIO NOS IMPACTÓ A MI ESPOSA Y A MI.

 HAGO UN PARÉNTESIS PARA EXPRESAR A USTED QUE TAMBIÉN CON MI ESPOSA PARTICIPAMOS DURANTE CUATRO AÑOS CONSECUTIVOS EN EL MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO, TODO ELLO NOS HIZO REFLEXIONAR QUE AL HABER PASADO 10 AÑOS DE MATRIMONIO, REQUERÍAMOS ROGAR A DIOS NOS DIERA LA GRACIA DE LA FECUNDIDAD, PUES LOS ESTUDIOS HECHOS CON MUCHOS MÉDICOS EN MÉXICO Y EN ESTADOS UNIDOS, NO INDICABAN NINGÚN IMPEDIMENTO, INTENTAMOS LA INSEMINACIÓN DE MI ESPERMA Y TAMPOCO DIO RESULTADO.

 TOTAL EN MAYO DE 1967, DECIDIMOS HACER UN VIAJE A EUROPA Y VISITAR ENTRE OTROS LUGARES SAN GIOVANNI ROTONDO Y GARABANDAL ESPAÑA.

 PRIMERO FUIMOS A SAN GIOVANNI, EXPONIENDO AL DUEÑO DEL HOTEL QUE QUERÍAMOS ESTAR PERSONALMENTE  CON EL PADRE  PÍO Y LA RESPUESTA FUE UN ROTUNDO ¡ESTÁ USTED LOCO! A ÉL SOLO LO VEN SI ESPERAN UNA LARGA ESPERA DE DOS A TRES MESES O MAS, POR TANTO NOS CONMINÓ A QUE AL DIA SIGUIENTE A LAS 4.30HS. DE LA MAÑANA OCURRIÉRAMOS A LA MISA QUE EL PADRE CELEBRABA TODOS LOS DÍAS EN LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA. LA MISA DURÓ UNA HORA Y MEDIA.

 AL TERMINAR LA MISA ME  FUI AL CONVENTO A BUSCAR AL PADRE RENATO AL CUAL LE  LLEVABA UNA NOTA DE UN PADRE GUSTAVO MORELOS, DONDE  LE SOLICITABA ME AYUDARA DURANTE MI VISITA A SAN GIOVANNI ROTONDO.

 DESPUÉS DE MUCHA BÚSQUEDA Y ESPERAS,  ESA MAÑANA, AL FIN DI CON EL PADRE RENATO , QUIEN EN FORMA INCRÉDULA  ME EXPRESÓ  SU  SORPRESA  POR PEDIR SEMEJANTE COSA DE  SER RECIBIDO PERSONALMENTE  POR EL PADRE  PÍO, SIN EMBARGO, ME CITÓ A LAS 15HS. EN LA PUERTA PRINCIPAL DEL CONVENTO DE LOS PADRES CAPUCHINOS, PARA INFORMARME LO QUE SE PODRÍA HACER, PUES LE EXPRESÉ QUE SOLAMENTE TRAÍA TIEMPO PARA ESTAR ESE  DIA.

 CON GRAN  EMOCIÓN E INCREDULIDAD, ESTUVE PUNTUAL Y PENSÉ QUE POR ESA PUERTA EL P. PÍO SALDRÍA, PERO NO FUE ASÍ, SINO EN PUNTO A LA HORA INDICADA,  ME ABRIÓ LA PUERTA DEL CONVENTO UN PADRECITO CAPUCHINO Y ME HIZO LA SEÑA DE QUE LO SIGUIERA.

 MI EMOCIÓN CRECÍA, PUES PASO A PASO IBA ENTRANDO EN EL CONVENTO CAPUCHINO, VIENDO A LOS LADOS DEL PASILLO LAS HABITACIONES ABIERTAS DE LOS FRAILES, HASTA QUE ENTRAMOS EN UNA SALA (SALA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS) EN LA CUAL HABÍA MUCHA LUZ, MACETONES CON HELECHOS MUY HERMOSOS Y UNA IMAGEN PEQUEÑA DE  LA VIRGEN DE FÁTIMA.

 A LOS TRES MINUTOS DE ESTAR EN ESA SALA ENTRÓ EL PADRE HONORATO Y ME EXPRESÓ, ---AHORA VENGO CON EL PADRE PÍO....Y ASÍ FUE,

 YO CUANDO LO VI, NO ME HINQUÉ, SINO ME DESPLOMÉ, PUES SU FIGURA PATERNAL NUNCA, NUNCA, NUNCA LA OLVIDARÉ---TRAÍA CONMIGO UNA NOTA QUE YO HABÍA FORMULADO EN MAL ITALIANO , DONDE  LE EXPRESABA MI DESEO DE QUE ME AYUDARA A  TENER UN HIJO EN MI FAMILIA, -Y EL BONDADOSAMENTE ME MIRÓ, FUE EN ESE MOMENTO, CUANDO  SAQUÉ  DE  MI MOCHILA UNA TALLA DE JESÚS CRUCIFICADO (QUE CONSERVO ) Y ORÓ EN ELLA CON MUCHA DEVOCIÓN, ESTA TALLA LA RECIBIÓ EL P. PÍO CON SUS DOS MANOS VENDADAS Y SE LA LLEVÓ A LA BOCA PARA BENDECIRLA,--
 AL REGRESÁRMELA COMO LA LENTITUD DE LA ENTREGA DE UN CUERPO SIN VIDA APARENTE, PARA MI SE  TRANSFORMÓ Y CASI NO SABÍA COMO SOSTENER AQUELLA FIGURA, QUE SIENDO LA MISMA.- HABÍA TENIDO UN ALGO QUE HASTA LA FECHA ME PERDURARÁ., PERO RECIBÍ  ESA TALLA Y EL PADRE PÍO ME  PUSO LA MANO EN LA CABEZA Y SOLO ME EXPRESO............!.ORA¡......., DE AHÍ SE FUE  Y LO VI POR ULTIMA VEZ EN EL ROSARIO AL CUAL MI ESPOSA YA ME ESTABA ESPERANDO Y CON MUCHOS TRABAJOS LOGRABA “APARTARME”  UN LUGAR. PARA UNIRME CON LOS ASISTENTES AL ROSARIO QUE EL P. PÍO DIRIGIÓ POR HORA Y MEDIA. CON UNA PAUSA EN CADA ORACIÓN QUE LE LLENABA A UNO EL ALMA DE EMOCIÓN. 

DESPUÉS FUIMOS A LA OFICINA QUE  EL PADRE PÍO TENIA PARA RECIBIR CORRESPONDENCIA Y HACER LAS CITAS PARA LA CONFESIÓN Y EL REGISTRO  “DE  LOS HIJOS ESPIRITUALES “ QUE EL PADRE  PÍO APROBABA, AHÍ ENTREGAMOS MI ESPOSA Y YO UNA FOTOGRAFÍA Y AL REGRESAR A MÉXICO NOS ENCONTRAMOS CON UNA CARTA DE ESA OFICINA EN LA CUAL NOS REMITIERON LAS FOTOS NUESTRAS CON UN SELLO EN ITALIANO ACEPTADOS  POR EL PADRE PÍO COMO “HIJOS ESPIRITUALES” 

EL 12 DE AGOSTO DE 1968 NACIÓ  –CARMEN LUZ- NUESTRA PRIMERA HIJA, DESPUÉS VENDRÍAN RITA MARIA Y JOSÉ CARLOS. EN 1988 CARMEN FUE A LA TUMBA DEL PADRE PÍO Y LE SUCEDIERON COSAS EXTRAORDINARIAS. 

EN MAS DE TREINTA TRES AÑOS HE TENIDO LA IDEA DE POR AMOR AL PADRE PÍO PROMOVER  LA CONSTITUCIÓN DE LOS” GRUPOS DE ORACIÓN “ CUYA FINALIDAD ES UN MEDIO ORDENADO, DIRIGIDO Y NORMADO DE EVANGELIZACIÓN, QUE DEBE CUMPLIR ESTRICTAMENTE  LO  ESTABLECIDO POR EL ÓRGANO ESPECIFICO   ESTABLECIDO EN SAN GIOVANNI ROTONDO CON AUTORIZACIÓN DE ROMA Y QUE ENTRE OTROS REQUISITOS SEÑALA LA RESPONSABILIDAD DEL PÁRROCO, AVALADA POR EL OBISPO , ETC.

 DESPUÉS DE ALGUNOS ESFUERZOS, HE  LOGRADO CONSTITUIR EN PUEBLA UN GRUPO, OTRO ESTA EN FORMACIÓN EN AGUASCALIENTES Y CON PROMOCIÓN DE OTRA PERSONA HAY UN GRUPO EN LA COLONIA “LAS ÁGUILAS” COMO EL DICHO  DICE “LUZ EN LA CASA VECINA Y OSCURIDAD EN LA PROPIA,  DE AHÍ QUE DESEO PONER A SU MUY ESTIMABLE CONSIDERACIÓN LA POSIBILIDAD DE QUE USTED ME AUTORICE A INICIAR LOS MOVIMIENTOS PARA ESTABLECER EN NUESTRA PARROQUIA UN GRUPO DE ORACIÓN, EN EL CUAL SE TENGA LA PRESENCIA DEL PADRE PÍO QUE YA ES BEATO (MAYO 2 DE 1999)  Y SE FORTALEZCA NUESTRA RELIGIÓN CON LA GUÍA DE USTED Y EL APOYO DE LOS FIELES DE SATÉLITE.

ESTA MISIVA ES PRELIMINAR PARA QUE USTED ME CONOZCA Y VEA MI FORMACIÓN Y PUEDA LLEVAR A CABO ESTA MISIÓN QUE ME HE IMPUESTO.

ATENTAMENTE
CARLOS TOLEDO LLAMPALLAS
MEXICO, D.F. A NOVIEMBRE 2 DE 2000

lunes, 5 de diciembre de 2011

DE OTROS MILAGROS DEL PADRE PÍO

Un sacerdote ortodoxo y su feligresía se convirtió al cristianismo en noviembre del 2007 tras levantar la primera Iglesia dedicada al Padre Pío. La conversión del sacerdote rumano fue a raíz de conocer la existencia del Padre Pío y ser testigo de un milagro realizado por Dios por intercesión del santo. La historia se remonta a 2002 cuando a la madre del sacerdote, que padecía cáncer de pulmón, le anunciaron que le quedaban pocos meses de vida. Ante tal situación el sacerdote contactó con uno de los cirujanos más eminentes y se trasladó a Roma con su madre. Durante la estancia frecuentaron una Iglesia en la que se encontraba una imagen del padre Pío ante la cual la madre se pasaba horas y horas contemplándola. Al cabo de quince días los médicos anunciaron que el tumor había desaparecido milagrosamente.

“La curación prodigiosa de mi madre, realizada por el padre Pío a favor de una mujer ortodoxa, me impresionó mucho – dijo el sacerdote ortodoxo –. Empecé a leer la vida del santo y conté lo sucedido a mis parroquianos y estos empezaron a conocer y amar al santo. Leíamos todo lo que encontrábamos sobre él. Su santidad nos conquistaba. Mientras tanto, también otros enfermos recibieron gracias extraordinarias del padre Pío. Entre mi gente se difundió un gran entusiasmo y, poco a poco, decidimos hacernos católicos (tras un largo procedimiento jurídico), para estar más cercanos al Padre”.

    

sábado, 3 de diciembre de 2011

ENTREVISTA A JOSÉ MARÍA ZAVALA AUTOR DEL LIBRO: "Padre Pío, los milagros desconocidos del santo de los estigmas". Y comentarios de un devoto.

"Padre Pío, los milagros desconocidos del santo de los estigmas".


Así se titula el nuevo libro de José María Zavala. El autor ha recopilado testimonios de conversiones y curaciones experimentados por intercesión de este santo de fama universal. "Nunca había sentido tantos deseos de compartir una experiencia que me ha marcado de por vida", reconoce el autor, recordando que la canonización de Padre Pío de Pietrelcina en 2002, batió todos los records de asistencia de fieles en la historia de la Iglesia.

Padre Pío, en el siglo, Francesco Forgione, nació en Pietrelcina, el 25 de Mayo de 1887 y falleció en San Giovanni Rotondo, el 23 de septiembre de 1968. Fue un sacerdote y fraile capuchino, que durante 50 años, llevó en su cuerpo los estigmas o señales de la pasión de Cristo.

-¿Cómo se le recuerda al Padre Pío en el convento de San Giovanni Rotondo, donde pasó casi toda su vida?

-José María Zavala: Con inmenso cariño. Hay fieles que siguen percibiendo el intenso perfume de sus estigmas como la mejor señal de que nunca les abandona, esa misma fragancia que dejó helado a más de un incrédulo.

-¿Quedan muchas personas que le trataron íntimamente?

-José María Zavala: Pocas, pero he tenido la gran fortuna de entrevistarlas. Como sor Consolata, una monja de clausura de 95 años que me recibió en el convento para relatarme episodios tan inolvidables como desconocidos. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. Igual que a Pierino Galeone, sacerdote octogenario con fama de santo, a quien el Padre Pío curó milagrosamente tras la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo que a Paolo Covino, el capuchino que administró la Extremaunción al Padre Pío. Todos ellos rompen por primera vez su silencio para hablar del Padre Pío en este libro.

-¿Expresan alguna idea común?

-José María Zavala: Todos coinciden en que él hizo lo mismo que Jesús en la tierra: convirtió a los pecadores, sanó a los enfermos, consoló a los afligidos... Cargó con la Cruz durante toda su vida para redimir a los hombres del pecado. El Padre Pío sabía muy bien que sin sacrificio personal era imposible ganar almas para el Señor.

-¿Quién fue el Padre Pío?

-José María Zavala: Un regalazo que Dios hizo a los hombres en pleno siglo XX para que sigan creyendo en Él. Es imposible acercarse con sencillez y sin prejuicios a su figura y permanecer insensible. Conozco a mucha gente cuya fe estaba muerta por falta de obras y que por intercesión suya está ahora muy cerca del Señor, reza y es feliz haciendo felices a los demás.


-¿Hay una relación entre sus horas de confesionario y los estigmas?

-José María Zavala: "Todo es un juego de amor", decía él. De Amor, con mayúscula, por el prójimo; él sabía muy bien que lo mejor se compra siempre al precio de un gran sacrificio. El Padre Pío vivió "crucificado" durante cincuenta años con estigmas en manos, pies y costado que sangraban a diario. Semejante sufrimiento moral y físico era un medio infalible para liberar a muchas almas de los lazos de Satanás. Por eso mismo se pasaba a veces dieciocho horas seguidas en el confesionario.

-Como un nuevo cura de Ars...

-José María Zavala: Ahí radica la grandeza de este hombre de Dios. San Giovanni Rotondo, donde vivió y murió, sigue siendo hoy un auténtico camino de Damasco por el que millares de pecadores retornan al Señor. Es el primer sacerdote estigmatizado en la Historia de la Iglesia, y con unos carismas que le hacen muy especial, desde la bilocación (estar al mismo tiempo en dos lugares distintos) hasta el escrutinio de corazones que le permitía leer el alma de los penitentes antes de que comenzaran a contar los pecados.

-"Haré más ruido muerto que vivo", comentó un día. ¿Qué quiso decir?

-José María Zavala: Habría que preguntárselo a los centenares de personas en todo el mundo que por su intercesión siguen hoy convirtiéndose y/o curándose milagrosamente de una enfermedad mortal. Muchos de ellos aportan sus impactantes testimonios en este libro. Podemos afirmar que el Padre Pío sigue obrando hoy desde el Cielo, más prodigios que cuando estuvo en la tierra.

-Usted recoge algunas conversiones impactantes...

-José María Zavala: Gianna Vinci me relató en Roma uno de esos milagros que le dejan a uno boquiabierto. En cierta ocasión, una mujer enferma de cáncer rogó a su marido, agnóstico, que la llevase a San Giovanni Rotondo, pues había oído que el Padre Pío obraba milagros. El hombre puso una condición: esperaría fuera de la iglesia. Así que entró sola la madre con su hijo de diez años. Gianna Vinci estaba allí y lo vio todo. La mujer se arrodilló en el confesionario del Padre Pío mientras éste indicaba al niño que avisase a su padre. El chiquillo obedeció: "¡Papá, te llama el Padre Pío!", le dijo en la puerta. Pero aquel niño... ¡era sordomudo! Emocionado, el padre acabó confesándose y su esposa quedó curada del cáncer al instante.

-¿Cuál es el secreto de la popularidad de este santo?

-José María Zavala: El Amor por los demás, insisto. El Padre Pío sigue recogiendo hoy los frutos de su siembra desde el Cielo. En Italia pude sentir el gran cariño que la gente profesa a este gran santo. Al regresar a Madrid, mientras facturaba las maletas en el aeropuerto, un policía empezó a poner pegas. Pero en cuanto vio el retrato del Padre Pío que llevaba para un amigo, me dejó pasar con una sonrisa. "¡Menudo salvoconducto!", pensé.

-¿Va siendo conocido fuera de Italia?

-José María Zavala: Espero que este libro sirva para darle a conocer más en España, donde ya ha hecho unos cuantos milagros. En Argentina, México, Chile o Filipinas cuenta cada vez con más devotos.


-¿Qué significa este libro en el conjunto de su bibliografía?

-José María Zavala: Es sin duda mi obra más importante. Nunca había sentido tantos deseos de compartir con los lectores una experiencia que me ha marcado de por vida. Dicen que cuando el Padre Pío levanta un alma ya no la deja caer más. Pues eso mismo he comprobado yo en mi propia carne. Invito a todo el que quiera, por muy escéptico que sea, a conocer a este hombre de Dios. Le aseguro que no quedará indiferente. (Entrevista realizada por Zenit).


2 Comments:

Anónimo said...
Sin ningun lugar a dudas, el padre Pio es uno de los santos mas grandes que ha dado la iglesia a este mundo.
Anónimo said...
¡Que gran bendicion para todos nosotros poder conocer al Padre Pío! Sólo leer sus historias, su vida, sus palabras, sus comentarios y tratar de entender por lo que pasó en su vida, me está ayudando a llevar con amor y alegría una situación realmente dificil en mi vida. ¡Gracias Padre Pío! Y... ayúdame! Te mando a mi Angel de la Guarda para que no tengas que andar moviéndote de Allá, donde estás, junto a Nuestro Señor!!!!