martes, 24 de abril de 2012

LA CONFESIÓN Y EL PADRE PÍO


LA CONFESIÓN, PRINCIPAL VOCACIÓN DEL PADRE PÍO

El Padre Pío, dice uno de sus superiores, es un sacerdote que cumple asiduamente con sus deberes de estado. Se levanta a las tres y media y se prepara para la misa en su celda para no molestar a nadie, y luego va directamente a la sacristía.

Al principio, las mujeres formaban fila para confesarse desde las dos de la mañana, y a veces la policía debía dirigir a la multitud que se apiñaba junto al confesionario. Desde enero de 1950, todas las penitentes debieron conseguir un número de orden para evitar confusiones. En 1952 hubo que adoptar el mismo sistema también para los hombres.

Confesar es su principal vocación, la que le permite apaciguar su insaciable sed de almas. Desea ser considerado exclusivamente como confesor. No predica, y el Santo Oficio le ha prohibido escribir desde 1924. Empero, el Padre Pío no tiene en cuenta los límites de la resistencia física. Él examina, juzga, condena y absuelve según lo que Dios le inspira. Su confesionario es más que una cátedra, más que un tribunal, es una clínica para las almas. Acoge a los penitentes de diversas maneras, según las necesidades de cada uno y sin plan preconcebido. Abre los brazos a éste en una exuberancia de alegría, diciéndole de dónde viene aún antes de que haya abierto la boca. Y a otros los llena de reproches, los amonesta y hasta los trata con rudeza. A algunos se niega a recibirlos y les dice que vuelvan más adelante, cuando estén mejor preparados. La misma afabilidad, la misma sonrisa de bienvenida, la misma severidad se prodiga al sabio, al personaje, al paisano humilde e ignorante.

La condición social del penitente nada cuenta, sólo ve su alma, su alma al desnudo. Suele suceder que tenga más indulgencia con un gran pecador que lo conmueve por su ignorancia de las leyes divinas, que un creyente que no cumple con sus deberes religiosos, una de esas personas que se dicen católicas pero que por pereza no dedican a Dios ni una hora por semana. En donde no encuentra hipocresía sino sinceridad, se muestra bondadoso, con una benevolencia que dilata el corazón del penitente cuando le dice: "Ve en paz, Jesús te ha puesto a prueba y te bendice". Pero a veces sorprende por su brusquedad, cuando con palabras duras y cortantes denuncia el escándalo, sobre todo los chismes y mentiras de las mujeres. Se mostraba inflexible con los penitentes que consideran la murmuración como una falta leve. Con mayor severidad aún, condena el Padre Pío los pecados contra la pureza y la maternidad, y no perdona sin estar seguro de un firme y categórico propósito de enmienda. Los malhechores que van contra la generación y el matrimonio, deberán pasar varios meses de prueba antes de ser absueltos.

A menudo cierra la mirilla del confesionario en la cara de un penitente sin interrogarlo. Esto ha ocurrido hasta con personas que se confesaban periódicamente en otro lugar. ¿Por qué?. Porque posee el don divino de ver como en un relámpago lo que se le escapa a los confesores ordinarios.

El Padre Pío, a no dudarlo, sufre una verdadera agonía cuando el Señor le ordena tratar con dureza a un alma, pero lo hace así para que su penitente tome conciencia y comprenda que los Sacramentos y la Comunión no son cosa de juego. Que es algo grave lavar su alma y recibir a Cristo, a ese Cristo Jesús a quien ama el Padre Pío, mientras el pecador y la multitud lo desconocen.

A una de sus hijas espirituales que le confesó que le era insoportable la vista de sus enemigos, le contestó: "Si tú no amas como el Señor quiere que los ames, firmarás tu propia condenación. Haz el bien a tus enemigos por amor a Jesús". Así comenta el texto evangélico que dice: "Amad a vuestros enemigos, haced bien a quienes aborrecen, rogad por los que os persiguen y calumnian, y así seréis hijos de vuestro Padre que está en los Cielos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?".

¿En qué forma confiesa?. A menudo sabe de antemano lo que el penitente le va a decir. Si éste se olvida de mencionar un detalle cualquiera de un pasado lejano, el Padre Pío se lo recuerda. A veces hace breves preguntas que sirven para abreviar las confesiones y que resultan impresionantes prueba de su doble vista.

¿Cómo puede saber?. El Padre conoce a cada penitente mejor de lo que él mismo se conoce, y al arrodillarse ante él, el pecador ve con más claridad sus pecados. Sin embargo, el Padre no dice todo lo que descubre. A veces se queda silencioso, a la espera. El penitente siente su conciencia removida hasta lo más hondo, y no puede mantener en secreto el pecado que ocultaba. Lo confiesa, y el confesor dice simplemente: "Eso es lo que esperaba".

Un joven complotaba matar a su mujer y simular que se trataba de un suicidio, para poder así continuar sin tropiezos una unión ilícita. A fin de apartar toda sospecha de culpabilidad, consintió en escoltar a su compañera a San Giovanni. No bien puso los pies en la Iglesia, ella se sintió atraída por una fuerza magnética hacia la sacristía, que se encuentra en el otro extremo de la Iglesia, detrás del altar mayor. El Padre Pío, desocupado en ese momento, se acercó para interrogarle. El hombre no había pronunciado una sola palabra, cuando sintió que lo tomaban del brazo y lo empujaban con violencia: "Sal , sal de aquí!, le gritaba el fraile. Miserable!, ¿ignoras que no tienes el derecho de manchar tus manos con la sangre de tu esposa?".

El hombre huyó como empujado por la tormenta. Durante dos días vagó sin rumbo. En la imposibilidad de recuperar la calma, volvió al monasterio, y el Padre Pío lo acogió como acogía Jesús a los grandes pecadores. Cuando el hombre hubo terminado su tremenda confesión, le dijo: "No teníais hijos y ambos deseabais uno. Vuelve a tu hogar, y vuestro deseo se cumplirá". Cuando su mujer, a quien nunca había visto el Padre Pío, vino un día a confesarse, a las primeras palabras que pronunció, oyó que el Padre le decía: "No temas nada ya, tu marido no te hará ningún mal". Después de años de esterilidad, ella dio a luz una criatura.

Un sacerdote había ido a San Giovanni para confesarse con el Padre Pío, y tuvo que cambiar tren en Bolonia. Cuando hubo terminado su confesión, el Padre le preguntó si no haba omitido nada. El sacerdote contestó con sinceridad que no recordaba nada más; entonces replicó el Padre Pío: "No lo hizo usted con malicia, pero se trata de una negligencia grave que ha ofendido al Señor. Usted llegó a Bolonia a las cinco de la mañana. Como las iglesias estaban cerradas, usted se fue al hotel para descansar un poco antes de decir misa y se quedó dormido hasta las tres de la tarde. Ya no era hora de la misa, y su negligencia ofendió a Dios".

Antes de que se pronuncie palabra alguna, el Padre Pío sabe si el que se acerca a él es sincero o no, si es un convencido o un simple curioso. Un médico entró cierta vez en la sacristía, pareció cambiar de idea y volvió a salir. ¿Quien es ése?, ya volverá, afirmó rotundamente el Padre. En efecto, el médico volvió bien pronto. Al instante le dijo el Padre: Usted es un delincuente, y quiere eludir el Tribunal. Lea de una vez esa carta!. Se trataba de la recomendación de un amigo. El médico la leyó, palideció, cayó de rodillas a los pies del Padre, imploró perdón y lo obtuvo.

Nuestro capuchino lee también el pensamiento a la distancia, como lo prueba un número incalculable de hechos. He aquí uno como muestra:

Dos hermanas habían logrado a duras penas que su padre les permitiera ir a ver al Padre Pío, pero le habían prometido formalmente no besarle el guante, ese guante besado por tantos labios, por temor al contagio. Las jóvenes lo prometieron, pero cuando vieron entrar al capuchino a la iglesia, y a la gente apiñarse en torno suyo, no pudieron resistir la tentación. Entonces él las miró sonriendo: "¿Han olvidado su promesa? ".

Cuenta un conocido médico italiano que una noche de enero de 1936, estaba en la celda del Padre Pío con éste y otros dos laicos. De pronto el Capuchino se arrodilla y les pide que recen "por un alma que está a punto de compadecer ante el tribunal de Dios". Todos se arrodillaron, y luego el Padre les preguntó: ¿saben ustedes por quién han rezado? - No - fue la respuesta. Pues por el Rey de Inglaterra.

Entonces intervino el doctor: pero Padre, leí en los diarios de hoy que el Rey tiene un ligero resfrío sin ninguna novedad. El Padre Pío se contentó con responder: "Créanme". Cuando llegaron los diarios a mediodía, se vio que el Rey de Inglaterra había fallecido en el momento preciso en que el Padre Pío pidió simultáneamente a sus amigos oración.

Una joven de Benevento, cuyo marido había perdido la vista, recibió esta explicación del Padre Pío: "Su ceguera garantiza su salvación, tiene que permanecer ciego, es un castigo que Dios le envío por haber golpeado a su padre". La pobre mujer no podía creer a sus oídos. En cuanto al lisiado, empezó por negar, pero acabó por reconocer que a la edad de dieciséis años había golpeado brutalmente a su padre con una barra de hierro.

El Padre Pío era un gran trabajador del confesionario. Pero su carisma de visión de almas le daba una herramienta muy especial, en su tarea de convertir a muchos de sus visitantes. Durante décadas las personas peregrinaron de a miles a San Giovanni, buscando la sanación de los pecados a través de un instrumento como el Santo del Gargano. Qué bueno sería encontrar en estos tiempos muchos fieles deseosos de lavar sus almas con el agua de la misericordia, como aquellos que acudían a ver a Pío. Qué bueno sería también encontrar sacerdotes dispuestos a sacrificarse en el confesionario, como lo hacía el Padre Pío.

La Misa del Padre Pío.
Desde que el Padre Pió hace la señal de la Cruz al pie del altar de San Francisco, su rostro se transfigura. Ya no es sólo el sacerdote que celebra el Santo Sacrificio, es también el hombre de Dios, el elegido para dar testimonio de su existencia, elegido para colaborar con Dios en el martirio de las cinco llagas, el oficiante que es crucificado con Él y que muere místicamente con Él en cada una de las misas.

Cristo habita en el Padre Pío y el Padre Pío hace suya la encarnación de Cristo. Si el Padre Pío no estuviese modelado en Cristo, ¿cómo explicar los sufrimientos que se reflejan en su rostro, las contracciones de su cuerpo, sus esfuerzos para levantarse después de sus genuflexiones, como si el peso de la cruz lo abrumara?. ¿Y qué decir de sus estados de éxtasis prolongados, que lo transportan lejos de este mundo caótico?. Se lo ve inclinar la cabeza, sonreír con esa sonrisa luminosa con que acepta los pedidos de sus fieles, y de pronto estalla, y sus lágrimas caen abundantes. Los testigos siguen mudos e inmóviles esta misa cuya celebración dura dos horas. ¿Dos horas?. No!, parecen dos minutos!. Los fieles de ayer, los de todos los momentos y aún los que nunca fueron creyentes, todos de rodillas, parecen clavados al suelo, fijos sus ojos en esas manos diáfanas. Extática persuasión que transforma a los incrédulos, a los masones, a los protestantes, a los ateos, en fervientes católicos. Por pedido de Pío XII, después de la liberación de Roma, miles de soldados americanos recibieron autorización para asistir a la misa del Padre Pío, lo que tuvo como resultado la conversión de muchos muchachos protestantes.

El momento de la Consagración siempre es el punto cúlmine de la Misa de Pío. Eleva la Hostia, el Cuerpo de Cristo, y se queda inmóvil por largos minutos, interminables. Sus oraciones llegan al Cielo, mientras admira a Nuestro Señor Presente en la Eucaristía. Cuando se le pregunta porque toma tanto tiempo en la Consagración, él se limita a responder: ¿acaso existe un tiempo para rezarle al Señor?.

Pío es el testimonio de la importancia de la Eucaristía como centro de nuestras vidas. Cristo Vivo se hace presente en todos los altares, alrededor del mundo, todas las horas de todos los días del año. Ese es el misterio del Sacrificio Perpetuo. Y es el Padre Pío quien mejor nos muestra cómo un alma consagrada debe vivir la entrega de Nuestro Señor. Todos los sacerdotes del mundo debieran tomar su ejemplo de piedad frente a la Celebración de la entrega que Dios hace por nuestra salvación. Este profundo misterio parece ser olvidado por el mundo actual, que tiende a cometer el enorme error de considerar la Misa como una recordación, y no como lo que realmente es: Cristo vivo presente en los Altares !

La Presencia Celestial en la vida de Pío.
El Padre Pío vivió rodeado del Cielo desde temprana edad. El contacto con Jesús, María, los ángeles custodios, santos y almas del purgatorio, era habitual para él. Pero raramente daba testimonio, debido a su humildad. Sin embargo, era imposible ocultar sus contactos. En cierta oportunidad se escucharon aplausos y gritos en la iglesia, sin que nadie fuera visible. Ante la pregunta a Pío, él dijo: he estado orando por muchos soldados muertos en la guerra, y un grupo de ellos ha venido a agradecer mi oración, ya que iban camino del purgatorio hacia el Cielo.

A un niño enfermo, Pío se le presentó en bilocación y le anunció la futura visita de la Virgen. Cuando el niño hubo recibido la Presencia de la Madre del Cielo, Pío se volvió a presentar y le dijo: es hermosa, ¿no?. Yo la he visto muchas veces pero aún no dejo de admirarme de su belleza. Tú la recordarás por el resto de tu vida.

Daba especial importancia a los ángeles custodios. Nuestros ángeles nos siguen durante toda la vida, y aún después, y sin embargo no los consideramos. Debemos orarles, pedirles ayuda, reconocer su presencia como siervos de Dios, puestos allí para nuestra asistencia. La oración de los ángeles custodios debe ser dicha diariamente, así como deben ser invocados para nuestro consuelo y ayuda. Pío tuvo muchas oportunidades para manifestar la presencia de los ángeles a sus circunstanciales visitantes.

Por supuesto que la Presencia de Cristo en la vida de Pío era resaltable, su oración era un diálogo permanente con el Señor, y su testimonio de imitación se manifestaba a través de sus Estigmas.

No puede entenderse al Padre Pío en su acabada magnitud espiritual, sin aceptar abiertamente lo sobrenatural en nuestro mundo. La Presencia Celestial se manifiesta en el mundo de diversas formas, y el Santo del Gargano era como una puerta abierta al Cielo, para dar testimonio de esperanza a quienes tenemos débil nuestra fe.

El perfume a santidad del Padre Pío.
El olor de santidad, no solo en sentido figurado, es cosa familiar en los Siervos de Dios. Es inútil decir que los incrédulos se ríen a carcajadas de él, como también de sus estigmas. Pero también contra eso tropieza la ciencia. Ningún desinfectante, ni la tintura de yodo, ni el fenol, pueden engendrar ese olor agradable, muy peculiar, que emana de la sangre de las llagas del Padre Pío, como lo han confirmado los diversos estudios médicos que se le realizaron. Además estos han observado que la sangre no se corrompe, como ocurriría normalmente, de no tratarse de un fenómeno sobrenatural.

El olor es fugaz. Los visitantes a la celda de Pío sugieren que cuando un individuo lo percibe es señal de que Dios derrama sobre él una gracia por intercesión del Padre Pío. Perfumes de violetas, lirios, rosas, incienso y tabaco fresco, a veces de gran persistencia, como lo atestigua el Dr. Festa ( fallecido en 1940 ). Éste ha escrito: "Cuando examiné por primera vez el costado del Padre Pío, guardé un trocito de género manchado de sangre, pensando examinarlo en el microscopio. Como carezco de olfato, no observé nada extraño. Pero un personaje de importancia y otros señores que volvían conmigo de San Giovanni a Roma, y que nada sabían del género guardado en mi caja de instrumentos, percibieron - pese al viento que entraba por la ventanilla del auto - un olor muy marcado, igual al que según ellos emanaba del Padre Pío.

En Roma, durante largo tiempo, ese género fue conservado en un armario de mi consultorio, y a tal punto llenaba de efluvios la habitación que muchos de mis pacientes me preguntaban espontáneamente de dónde venia ese perfume."

Don Carlos Predriale, escribano genovés esperaba en la sacristía la llegada del Padre Pío, acompañado de su hijito de tres años. No bien entró aquel, el niño tiró de la manga a su padre, preguntando: "¿Papá, qué es lo que tiene tan rico olor?".

Una noche de verano, en el quinto piso de un edificio situado en el centro de Génova, un grupo de señoras hablaban del Padre Pío. De pronto dos de ellas sintieron un efluvio con un característico perfume a violetas, mientras las otras no sintieron nada. Pero un poco más tarde, una tercera señora -un ser de excepción, por otra parte- entrando en la sala tuvo la impresión de entrar en un campo de violetas. Esto no quiere decir que haya que estar en estado de gracia para percibir "el olor de santidad". Por el contrario, hay incrédulos y grandes pecadores que han sido sensibles a él, como primera señal de su conversión. No es, pues, un premio al mérito ni a la fe.

La señora Vera Berlotto Bianco, de Veglio Mosso, escribió: "Siempre tengo muchísimo gusto de hablar de nuestro querido Padre Pío. El sábado pasado recibí la visita de un profesor que goza de gran renombre en Biella: deseaba que le diera unos datos sobre el Padre. Para asombro nuestro, nos inundó de pronto una deliciosa fragancia que persistió desde las nueve hasta las once. Qué alegría para mi marido y para mí!. El profesor se sintió tan conmovido, que decidió ir a San Giovanni. Dichoso de él!".

Otro testimonio de julio de 1949. "Discúlpeme que vuelva a insistir sobre las gracias que ha realizado para mí el Padre Pío. El 11 de febrero mi madre estaba grave. Yo oí una voz - la del Padre Pío - que me urgía a que fuese a verla, porque se moría. Partí sin demora, y después de un viaje de 50 km. llegué justo a tiempo para recoger su último suspiro". "La segunda gracia la obtuve el Jueves Santo. De pronto me inundó un fuerte olor a incienso, luego a rosas, y comprendí que el Padre se me había manifestado en esa forma". "Finalmente, la tercera gracia, la más importante para mí, la recibí el 27 de julio. Esa mañana fui despertado por un violento aroma de violetas, cuya intención comprendí cuando el cartero me trajo una carta de un hermano al que no veía desde treinta y dos años atrás, y al que creía muerto."

Es habitual el caso de perfumes celestiales, rosas, incienso, violetas, en eventos de Presencia Celestial. En muchas apariciones de María se produce este fenómeno, yo da un testimonio de fe y conversión poderoso. Sólo aquellos que lo vivieron saben lo majestuoso que es sentir que el Cielo todo se manifiesta detrás de un hecho tan simple como percibir con los sentidos, algo que físicamente no está allí. Además, es habitual que el Cielo deje testigos que no sienten los perfumes, como forma de corroborar que se trata de un hecho místico o. No son más que señales de Presencia, regalos. La cuestión es qué hacemos con ellos, una vez recibidos. ¿Podemos seguir viviendo como antes?. ¿Nos lo permite nuestra conciencia?.

La reacción de la Iglesia a la existencia del Padre Pío.
Podemos decir sin dudarlo que el santo del Gargano sufrió la incomprensión de muchos sacerdotes durante buena parte de su vida. De hecho tuvo prohibición de escribir desde 1924 hasta su muerte. También estuvo confinado en su celda durante casi una década, sin poder celebrar misa, confesar, tener contacto con el mundo exterior. Muchísimos investigadores de la iglesia fueron enviados desde el vaticano a San Giovanni, con la aparente intención de demostrar que lo que allí ocurría no era cierto ni posible. Sin embargo, Pío siempre amó a la iglesia, cuerpo Místico de Jesús. Con absoluta obediencia y entrega, cumplió todo lo que se le pidió, con la asistencia de Jesús y María. Finalmente, durante la década de 1930 fueron liberándose las limitaciones, y volvió a su vida monacal más abierta. Con el paso de los años, hubo varios intentos de reunirlo con el Santo Padre, que nunca llegaron a realizarse.

Sin embargo fue el pueblo quien dio la nota, más allá del intento oficial de ocultar o acallar sus estigmas y manifestaciones: la gente.

El pueblo siempre creyó, y se volcó de a miles, durante décadas, a visitarlo. Y cuando más se lo limitaba desde la iglesia, más fuerte era el grito pacífico de resistencia. Todo indicó que no podía silenciarse el llamado de Dios a San Giovanni Rotondo. Y es el haber pasado por estas pruebas lo que da más validez y crédito a su santidad.

El Padre Pío fue beatificado, pero ahora estamos frente al hecho tan deseado, reclamado por décadas por cientos de miles de personas alrededor del mundo.

En diciembre de 2001 el Vaticano emitió el decreto de reconocimiento de milagros y virtudes heróicas que allanan el camino para la canonización del Padre Pío. Las puertas están abiertas para que recibamos a San Pío, para nosotros el Padre Pío.

Él ya es santo, vaya si lo es. El Cielo entero canta alabanzas a esta joya tan especial del alhajero de Jesús y María: el Santo del Gargano está más que nunca indicándonos el camino de la gloria eterna, el camino de llegada a la Patria Celestial.

El mensaje del Padre Pío.
A diferencia de otros casos de hechos místicos, Pío no fue instrumento de mensajes específicos sobre el futuro de la humanidad, pese a que existen mensajes falsos atribuidos a él. El mismo Padre Pío fue el mensaje, su vida, su actitud, su deseo de santidad.

Sin embargo, es posible recoger escritos previos a la prohibición que le estableció la iglesia en 1924, y referencias sobre su mensaje espiritual, revelados por quienes lo escucharon.

Tomemos estos verdaderos principios de vida como una balsa de salvación para nuestras almas.

Dijo el Padre Pío: A Dios se le busca en los libros, se le encuentra en la meditación.

La vida del cristiano no es más que un perpetuo esfuerzo contra sí mismo. El alma no florece sino merced al dolor.

A alguien que temía haberse equivocado, el Padre le dijo: "Mientras tema, usted pecará". La persona replicó: "Tal vez, Padre, pero se sufre tanto!". Dijo Pío: "Es indudable que se sufre, pero es menester distinguir entre el temor de Dios y el miedo de Judas. El demasiado miedo nos hace obrar sin amor, mientras que la demasiada confianza nos impide observar con inteligente atención aquel peligro que debemos vencer. Ambos deben ayudarse uno a otro como dos hermanos".

Si logras vencer la tentación, es como si lavaras tu ropa sucia.

Quien no medita, decía cierta vez, me recuerda al hombre que no hecha una mirada al espejo antes de salir, y poco cuidadoso de su aspecto, aparece en público desaliñado sin darse cuenta.

La persona que medita y vuelve su espíritu a Dios, que es el espejo de su alma, despista a sus faltas, las corrige lo mejor que puede y pone en orden su conciencia.

Alguien preguntó un día al Padre: "¿Cómo podemos distinguir la tentación del pecado?". Sonrió el Padre, y contestó con otra pregunta: "¿Cómo distinguir a un asno de un ser razonable?. En que el asno se deja guiar, mientras que el ser razonable tiene las riendas". Él se refería al control de la voluntad, ya que el pecado se materializa cuando el mal toma control de nuestros actos o pensamientos. La tentación es obra de satán, y siempre existirá como amenaza en nuestro interior, tratando de apoderarse de nuestra voluntad.

Por nuestra calma y nuestra perseverancia, no sólo nos encontramos a nosotros mismos, sino también a nuestras almas y al mismo Dios.

Un hombre pidió al Padre Pío que curase a su madre. Le mostró su retrato y le dijo: "Padre, si yo lo merezco, bendígala". "Ma che mérito. En este mundo, ninguno de nosotros merecemos nada. Es el Señor, en su infinita bondad quien es tan amable como para colmarnos de sus dones, porque todo lo perdona".

El Padre Pío detesta la máxima: "Cada uno para sí mismo, Dios para todos". La encuentra egoísta, demasiado de este mundo que sólo piensa en sí mismo. Él propone esta otra de su cosecha: "Dios para todos, pero nadie para sí mismo".

Un día, reporteado sobre la penitencia y la mortificación, el Padre se expresó en estos términos: "Nuestro cuerpo es como un asno al que hay que azotar, pero no demasiado, porque si cae, ¿quien nos llevará a cuestas?".

El demonio no tiene más que una puerta para entrar en nuestra alma: la voluntad. No existen entradas secretas. Ningún pecado es pecado sin nuestro consentimiento. Cuando falta la participación del libre albedrío, no hay pecado sino debilidad humana.

Alguien se lamentaba diciendo que lo torturaba el recuerdo de sus faltas. "Eso es orgullo, le interrumpió el Padre. Es el demonio el que le inspira ese sentimiento, no es una verdadera tristeza". "Pero, ¿cómo podré discernir entre lo que viene del corazón, lo que es inspirado por Nuestro Señor y lo que, por el contrario, proviene del diablo?". "Por este signo inconfundible: el espíritu del demonio excita, exaspera, nos inyecta una especie de angustia, cuando la caridad nos lleva en primer lugar a buscar el bien de nuestra alma. Luego, si ciertos pensamientos lo agitan, tengan por cierto que vienen del diablo".

A una persona que tenía vocación de curar almas y le preguntaba cómo debía proceder con los que son sordos a los llamados de la caridad, el Padre contestó: "Procura atraerlos por el amor y la caridad, dando sin esperar algo a cambio. Y si con esto fracasas, entonces repréndelos. Cristo hizo el Cielo, pero también el infierno".

En algunas ocasiones el Padre Pío dice a sus hijos espirituales: "Pan y azotes ayudan muchas veces a criar espléndidos muchachos".

Un joven le confesó que temía amarlo más que a Dios. A lo que el Padre replicó: "Usted debe amar a Dios con un amor infinito a través de mí. Usted me quiere porque lo dirijo hacia Dios que es el Ser Supremo. Yo no soy más que un medio. Si lo guiara hacia el mal, dejaría de amarme".

Un día una penitente le confió que le parecía imposible vivir lejos de San Giovanni, tanta era la felicidad que sentía en su presencia. El Padre le hizo la siguiente observación: "Para los hijos de Dios no existe la distancia, hija". Como la joven no parecía convencida, sacó su reloj: "Dígame, ¿ que ve en el centro?. El eje, Padre. Exacto. El eje, como Dios, está inamovible, y las agujas corren ligadas al centro, y las agujas miden el tiempo. En resumidas cuentas, el espacio que separa los números del centro, carece de importancia: Dios es el centro, los números son las almas, pero hay también un Padre Pío que sirve de puente".

La prudencia tiene ojos. El amor piernas. El amor, que tiene piernas, querría correr hacia Dios, pero su impulso es ciego, y uno tropezaría, de no estar dirigido por los ojos de la prudencia.

Una mujer joven y bella, viuda de un miembro del Parlamento que murió en la flor de la edad, estaba abrumada por la pena. Quería retirarse del mundo y fundar una Orden religiosa. Consultó al Padre Pío: "Señora, antes de santificar a los demás, piense en santificarse usted misma".

A un masón convertido, el Padre le dijo: "Todos los sentimientos, cualquiera sea su fuente, tienen algo de bueno y algo de malo. A usted corresponde asimilar sólo lo bueno y ofrecérselo a Dios".

Como una señora admitiera que tenía cierta inclinación a la vanidad, el Padre comentó: "¿Ha observado usted un campo de trigo maduro?. Unas espigas se mantienen erguidas, mientras otras se inclinan hacia la tierra. Pongamos a prueba a los más altivos, descubriremos que están vacíos, en tanto los que se inclinan, los humildes, están cargados de granos".

Una señora le preguntó qué oración era más apreciada por Dios. Él contestó: "Toda oración es buena cuando es sincera y continua".

Es tal el orgullo del hombre, dice el Padre, que cuando es feliz y poderoso se cree igual a Dios. Pero en la desgracia, librado a sus solas fuerzas, se acuerda del Ser Supremo.

Dios enriquece al hombre que ha hecho el vacío en sí mismo.

En la vida espiritual siempre hay que ir adelante, jamás retroceder. De otro modo, le ocurre a uno lo que al barco que ha perdido el timón: es rechazado por los vientos.

No es faltar a la paciencia el implorar a Jesús el fin de nuestros sufrimientos, cuando exceden nuestras fuerzas. Siempre nos quedará el mérito de haber ofrecido nuestros dolores.

La mentira es el engendro de Satanás.

La manía de los ¿Por qué?, ha sido calamitosa para el mundo.

La humildad es verdad. La verdad es humildad.

Una buena acción, cualquiera sea su causa, tiene por madre a la Divina Providencia.

La oración es la llave que abre el corazón.

No lo olvidéis: el eje de la perfección es el amor. Quien está centrado en el amor, vive en Dios. Porque Dios es Amor, como lo dice el Apóstol.

En marzo de 1923, una penitente preguntaba al Padre qué debía hacer para santificarse. "Desate sus lazos con el mundo". Una amiga, sabiendo que ella llevaba una vida muy retirada, hizo un gesto de sorpresa. El santo se volvió hacia ella y le dijo, con bastante sequedad: "Señora, uno puede ahogarse en alta mar, y también puede sofocarse hasta el ahogo con un simple vaso de agua. ¿Dónde está la diferencia?. ¿Acaso no es la muerte, en cualquiera de esas formas?".

Recuerde, dijo el padre a uno de sus hijos espirituales, que la madre empieza a hacer caminar al niño sosteniéndolo. Pero luego, éste debe caminar sólo. También usted debe aprender a razonar sin ayuda.

A una señora excesivamente servicial, que se quejaba de no poder hacer nada por él: "El general es el único en saber cómo y cuándo ha de emplear al soldado. Espere su turno, señora".

Pecar contra la caridad es como destrozar la pupila de Dios. ¿Qué hay más delicado que la pupila del ojo ?. El pecado contra la caridad equivale a un crimen contra natura.

El amor y el temor deben estar unidos: el temor sin amor se vuelve cobardía. El amor sin temor, se transforma en presunción. Entonces uno pierde el rumbo.

Sin obediencia no hay virtud. Sin virtud no hay bien. Sin bien no hay amor. Sin amor no hay Dios. Y sin Dios no hay Paraíso.

En una estampa representando la Cruz, el Padre escribió estas palabras: "El madero no os aplastará. Si alguna vez vaciláis bajo su peso, su poder os volverá a enderezar".

Para Andrés Lo Guercio, que viniera de América a visitarlo, escribió en una imagen del Sagrado Corazón: La humildad y la pureza son las alas que nos llevan hacia Dios y casi nos divinizan. No se olviden que un malhechor que se sonroja de sus actos está más cerca de Dios que un hombre de bien que se sonroja de tener que trabajar.

Al señor Natal Selvatici, de Bolonia: No olvide que el hombre tiene un espíritu, que tiene un cerebro para razonar y un corazón para sentir, que tiene un alma. El corazón puede estar regido por la cabeza, pero el alma no. Por lo tanto, debe existir un Ser Supremo que la dirija.

A un penitente que había vivido en el vicio, y que le preguntaba si, cambiando de vida, alcanzaría el perdón y moriría en la fe, le contestó: Las puertas del Paraíso están abiertas a toda criatura. Acuérdate de María Magdalena.

El tiempo que se pierde en ganar almas a Dios, no es tiempo tontamente perdido.

Guardad en lo más hondo del espíritu las palabras de Nuestro Señor: "A fuerza de paciencia, poseeréis vuestra alma".

Jesús os guía hacia el Cielo por campos o por desiertos. ¿Qué importancia tiene?. Acomodaos a las pruebas que Él quiera enviaros, como si debieran ser vuestras compañeras para toda la vida. Cuando menos lo esperéis, quizás queden resueltas.

Los grandes corazones ignoran los agravios mezquinos.

El anhelo de la paz eterna es legítimo y santo, pero debe ser moderado para una total resignación a los designios del Altísimo: más vale cumplir la Voluntad Divina en este mundo que gozar en el Paraíso. Sufrir y no morir, era el ‘leit-motiv’ de Santa Teresa. El Purgatorio es un lugar de delicias, cuando se lo soporta por voluntaria elección de amor.

El demonio es como un perro encadenado: si uno se mantiene a distancia de él, no será mordido.

Las tentaciones, el bullicio, las preocupaciones, son las armas de nuestro enemigo. No lo olvidéis: si hace tanto ruido, es señal de que está afuera y no dentro. Lo que debiera espantarnos sería que reinase la paz y la armonía entre nuestra alma y el demonio.

Las tentaciones emanan de lo innoble y de las tinieblas. Los sufrimientos, del seno de Dios: Las madres vienen de Babilonia, las hijas de Jerusalén. Despreciad las tentaciones, recibid las vicisitudes con los brazos abiertos.

Gólgota: Una cima cuya ascensión nos reserva una visión beatifica de nuestro amado salvador.

Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle gracias. Si se os oculta, dadle gracias. Todo esto es un juego de amor para atraernos dulcemente hacia el Padre. Perseverad hasta la muerte, hasta la muerte con Cristo en la Cruz.

El don sagrado de la oración está a la derecha del Verbo, nuestro Salvador, en la medida en que vaciéis vuestro Yo de sí mismo, es decir, del apego a los sentidos y a vuestra propia voluntad. Echando raíces en la santa humildad, el Señor hablará a vuestro corazón.

Practicad con perseverancia la meditación a pequeños pasos, hasta que tengáis piernas fuertes, o más bien alas. Tal como el huevo puesto en la colmena se transforma (a su debido tiempo) en una abeja, industriosa obrera de la miel.

El corazón de nuestro Divino Maestro no conoce más que la ley del amor, la dulzura y la humildad. Poned vuestra confianza en la divina bondad de Dios, y estad seguros de que la tierra y el cielo fallarán antes que la protección de vuestro Salvador.

Caminad sencillamente por la senda del Señor, no os torturéis el espíritu. Debéis detestar vuestros pecados, pero con una serena seguridad, no con una punzante inquietud.

Permaneced como la Virgen, al pie de la Cruz, y seréis consolados. Ni siquiera allí María se sentía abandonada. Por el contrario, su Hijo la amó aún más por sus sufrimientos.

Por los golpes reiterados de su martillo, el Artista divino talla las piedras que servirán para construir el Edificio Eterno. Puede decirse con toda justicia que cada alma destinada a la gloria eterna es una de esas piedras indispensables. Esos golpes de cincel son las sombras, los miedos, las tentaciones, las penas, los temores espirituales y también las enfermedades corporales. Dad pues, gracias al Padre celestial por todo lo que impone a vuestra alma. Abandonaos a Él totalmente. Os trata como trató a Jesús en el Calvario.

El Padre Pío es nuestro sendero claro y bien señalizado hacia el amor del Padre Eterno, a través de Jesús y María. Tenemos que tenerlo presente, conocerlo, familiarizarnos con él. Quien sienta un profundo amor por el Santo del Gargano, y llegue a sentir como él sintió, habrá encontrado la forma de vivir esta vida con la alegría y entrega necesarias como para esperar la vida eterna con paz verdadera.

El perder el temor a la muerte, el desapegarse de las cosas de este mundo, es la primer gran puerta al crecimiento espiritual y a la conversión de nuestra alma. Él es un salvavidas tendido a nuestras manos, para que podamos aferrarnos y enfrentar con confianza el oleaje que el demonio nos propone a lo largo de una vida rodeada de miserias, egoísmo, vanidad, cobardía, envidia, odio, tristeza, arrogancia y falta de esperanza y fe.

Busquemos a Dios donde Él se encuentra, Pío es una fuente que no podemos desperdiciar!

miércoles, 18 de abril de 2012

LOS MEJORES LIBROS SOBRE EL PADRE PÍO DE PIETRELCINA

 Los Mejores Libros, Pensamientos, Escritos y Meditaciones Sobre el Padre San Pío de Pietrelcina

 CONOZCA La Vida del Padre San Pío de Pietrelcina

Padre Pío: un íntimo
retrato de un santo a través de
los ojos de sus amigos
Conozca el Padre Pío: Amado
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y Guía Espiritual
Padre Pío
y América
Momentos de Quietud con
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Lecturas Diarias


Padre Pío
Palabras de Esperanza
Secretos de un alma:
Cartas del Padre Pío
a su director espiritual
Diario de las Escrituras y
oraciones Junto
con San Pío
Padre Pio:
La Verdadera Historia


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Palabras de la luz:
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Cartas del Padre Pío


Libros ver mas
Padre PíoPadre Pío: un hombre de esperanza
del Padre Pío el estigmatizado
Padre Pío Palabras de Esperanza
Padre Pio: La Verdadera Historia del Padre Pío: La verdadera historia se centra principalmente en el mundo era post Segunda Guerra Mundial a la hora de la muerte del Padre Pío. Fue durante este tiempo que una onscure sacerdote italiano capuchino atrajo la atención mundial por su santidad, así como sus estigmas misterioso. Padre Pio: La Conversión El 20 de septiembre de 1918, las cinco llagas de la pasión de Cristo apareció en las manos, pies y costado de Francesco Forgione, un monje capuchino más tarde conocido como Padre Pío, convirtiéndose en el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia Católica Romana. A partir de ese momento, el ministerio del Padre Pío se caracterizó por los milagros y prodigios extraordinarios espirituales. Un gran número de devotos se sentían atraídos por su confesionario, y muchos tuvieron el privilegio de ser testigo de sus cualidades inusuales muchos.En la conversión, el autor Corwyn Alvarez captura la esencia y el espíritu de la vida del Padre Pío y el ministerio en un relato de ficción sobre el viaje de un joven hacia la fe en medio del tumulto de la guerra espiritual y la duda espiritual. La lectura como un libro de memorias fantástico, maravillosamente creado Alvarez relato en primera persona resuena con la prosa romántica y el encanto antiguo país. con el Padre Pío: Amado Guía Mística, hacedor de milagros, y Espirituales Esta breve biografía del Padre Pío está diseñado para introducir a los lectores a uno de los santos más populares y queridos del siglo 20. El libro presenta un bosquejo de la vida del trabajador famosa mística y el milagro de que se ata con citas de sus escritos y que describe su espiritualidad. Padre Pío: En mis propias palabrasdel Padre Pío: Los trabajadores WonderMomentos de Quietud con el Padre Pío: 120 lecturas diariasdel Padre Pío: La Agonía de Jesúsel Padre Pío: el Venerable - 18 de diciembre de 1997, Beato - 2 de mayo de 1999, SanBeato Padre Pío: el fraile de San Giovanniapariciones de santos modernos: Apariciones de Teresa de Lisieux, el Padre Pío, don Bosco, y otrosLea El Articulo Sobre San Pío Lista de Publicaciones premiadas Por La Asociación de la Prensa Católica Primer, Segundo y Tercer premios. Categorías: Liturgia, Teología, Pastoral, Biblia, Referencia, Libros en Español, etc Ideales Como consulta,Formación Personal y de Grupos, el trabajo parroquial. ¡Vea los premiados! Diccionarios y enciclopedias Vea Católicas





lunes, 16 de abril de 2012

MI TESTIMONIO/Anthony Fuina


Mi más grande milagro  por Anthony fuina
     
Todo comenzó el 18 de febrero de 1997, Cuando se le diagnosticó un tumor de gran tamaño que tuvo que ser retirado de pasantías mi colon Debido a su tamaño. El 5 de marzo de 1997, el doctor Ferrara extirpar quirúrgicamente la mitad del tumor, y una biopsia fue tomada. Me dijeron que los resultados de la punción estaría disponible en Viernes, 07 de marzo 1997 y que me llame. Esperó y esperó con impaciencia los resultados de ese día. La espera parecía una eternidad. Comencé a preocuparme y muy empezó a preocuparse. De repente, oí un ruido en la puerta principal. Bajé las escaleras y se encontró un paquete en el porche. Abrí el paquete y encontró una nota y una hermosa estatua de un ángel con alas y manchas en su vestido. La nota iba dirigida a mi esposa para su cumpleaños de nuestra sobrina, Jo Ann. Cuando tomé esta cifra, sentí el calor inmediata y una cercanía que no puedo describir y que tomó posesión de ella. No se pudo tener este ángel en forma de tiempo más apropiado. Voy a llamar a este ángel de Victoria, ya que me informaron de una mujer que oraba para averiguar por mí para que Victoria es el nombre de mi ángel de la guarda Y también el nombre de mi difunta hermana-en-ley, que siempre fue como un ángel de Me. Ella ha muerto, pero vive como mi ángel guardián. Yo sabía que eran de que las cosas buenas por venir. Le pedí a este ángel de la guarda para mí ver a través de estos tiempos difíciles, y oró para que yo tendría una buena noticia con mi informe de la biopsia.

     
De repente, el teléfono sonó el teléfono, mi corazón comenzó a latir más rápido y más rápido. Ansiosamente cogió el teléfono, pero la voz en la otra línea no era el médico. Fue mi agente de bienes raíces preguntando por mí para llevar las llaves de la casa, yo sé que ella puede mostrar la casa en diez o quince minutos. Que yo dije que sí y confía en que no me perdí la llamada del doctor mientras yo estaba fuera de esta diligencia. Cogí el ángel más hermoso y la metió en el bolsillo. Este fue el comienzo de un hermoso día por delante. Seguí mi camino y se alejó por el camino. Fue lluvias ESE DIA. El cielo se llenó de nubes y el suelo estaba mojado. Mientras me acercaba a la luz de tráfico en Merrick Rd. y Rd Hicksville, vi las cifras que dispensan a mí desde la distancia. Mientras esperaba a que cambiara la luz este hombre se acercó a mi coche y me rogó, "¡Por favor! Dame un ascensor a Jerusalén Avenue y Calle Hicksville, por la Iglesia Tabernáculo y la reina María Iglesia. ", Dijo que él había estado esperando toda la mañana por un ascensor. Ya era tarde! Nunca recoger autoestopistas extraños, pero un sentimiento maravilloso, sobrecogedor se apoderó de mí, y le dije a este hombre con barba, vestido con un uniforme blanco panaderos, para entrar y que lo iba a tomar. Por desgracia, estaba realmente me va a hacer tarde a mi cita, pero eso no parece importar a mí. Me sentía un vínculo inmediato a este hombre que no sabía para quién. Mientras estaba sentado en mi coche, me dijo que yo era un hombre bueno para poner a un lado mi cita para llevarlo a su destino. Él me bendijo y me dio las gracias. Luego me dijo que sentía que estaba preocupado y preocupado por una enfermedad que tenía. Me quedé sorprendido por su valoración de mí. Una vez más, yo no conozco a este hombre. Él me había preguntado lo que me molestaba, como si él ya sabía. Él me dijo que yo sólo tenía un procedimiento quirúrgico para extirpar una porción de un tumor, y que he estado esperando ansiosamente durante toda la mañana de los resultados del informe de la biopsia. Sentí una sensación abrumadora de paz y tranquilidad con este hombre sentado a mi lado que era increíblemente hermoso. Él me preguntó si podía colocar su mano sobre la zona donde tuve mi cirugía y ora por mí. Por supuesto que no le importaba, aunque, yo estaba un poco retirados por este encuentro más hermosa. Me guió las manos del hombre a la zona en cuestión, como él puso su mano sobre mi lado y empezó a rezar en otro idioma. La sensación que se apoderó de mi cuerpo era tan increíblemente intenso y maravilloso, que me sentía que el vello se de mi carne, como los escalofríos me recorrió la espalda. Me gritó: "¡Oh, Dios mío, oh 'Dios mío yo no lo puedo creer, no puedo esperar hasta que le digo a mi esposa. No puedo creer esto. Él continuó a orar hasta que fue terminado, y me preguntó: "¿Qué no puedes creer?" Le dije que cada pelo de mi cuerpo, incluyendo el cabello se de pie sobre mi cabeza, esa fue la electricidad a través de mi cuerpo atravesando su mano Fue increíble. Él me dijo: "Estás curado! Te curas el Espíritu Santo ha entrado en ti! "Una vez más me estaba sacudido con esta maravillosa sensación que vino sobre mí. Con ansiedad le preguntó: "¿Quién eres tú? ¿Quién eres tú? "Me dijo que él era un siervo de Dios. Quedé sin habla y se sorprenderá. Cuando llegamos a nuestro destino, él me dijo que yo era una vez más en sano, y que yo debía ir a las masas de curación Varios Cada vez que he podido para orar por los enfermos y los que están en necesidad. Al bajar de mi coche, me dijo, "Ahora sé, por qué esperé toda la mañana! Estaba esperando por ti! "Yo no podía dejar de pensar que, ¿quién era este hombre? El le agradeció su oración y le dijo que tenga cuidado al cruzar al otro lado de la calle. Llegó al otro lado y renunciar a despedirse de mí. El semáforo cambió para mí para continuar. Traté de tomar una mirada más de este hombre maravilloso que me había cogido, pero me parecía que se había ido. Me dio un giro de la mano derecha y siguió mirando por él a través de mis espejos, la esperanza de tomar otro vistazo de esta bendición, pero él se había ido.¿Dónde se pudo este hombre que me sentí mucho, aparte de fuera?

     
Llegué tarde en la Oficina de Bienes Raíces, con la llave en mi mano. Le pedí disculpas por mi tardanza y le dijo que breve historia de mi encuentro increíble, milagroso. En este punto, todavía me sentía la piel de gallina y de la electricidad que atraviesen mi cuerpo. Ella me miró un poco extraño, ya que salí de la oficina en plena gloria. La Continuación del viaje de regreso a mi casa con esta euforia permanente que iba a permanecer conmigo durante todo el día y la noche. Yo no podía esperar para contarle a mi esposa Bárbara y mi familia. Cuando llegué a casa, que por la tarde, la llamada que estaba esperando finalmente llegó. El informe de la biopsia fue el Dr. Ferrara y estaba feliz de que me informaran de que el tumor era benigno (negativo), sin embargo, que aún tenía que eliminar el resto del tumor el 10 de abril de 1997. El Le di gracias por esta gran noticia. Salté de alegría y emoción con esta maravillosa noticia.Metió la mano en mi bolsillo y saqué mi ángel, de Victoria. Me siento muy afortunado de tener un ángel. Dio las gracias y me besó esta figura que tenía en la mano, y le dijo gracias por guiarme a mi nuevo amigo hoy. Sentí las bendiciones que se recibieron todos los seres listos respondió.

     
Cuando mi esposa y su familia llegó a su casa, yo no podía esperar para decirles todo de los acontecimientos de mi día. De hecho, yo quería decirle al mundo. Mi familia estaba muy entusiasmado con los acontecimientos del día y no podía creer lo que les estaba diciendo. De hecho, en la brisa y donde me miraban raro, pero eran felices en cualquier evento. Esa noche, cuando me fui a la cama, me desperté de una sensación de tirantez, "sentí que al igual que varios remolcadores en el área de mis procedimientos quirúrgicos. Mi esposa me preguntó cuál era el problema. Yo le dije de mi malestar. Era casi como si alguien estuviera quitando el resto de mi tumor.

     
10 de abril 1997, había llegado, y ya era hora de quitar la otra mitad de mi tumor. Me aseguré de que tuve a mi ángel de la guarda, Victoria, y conmigo en el bolsillo en todo momento. El Dr. Ferrara Se inició el proceso. Como él estaba buscando en mi colon a través de la utilización del monitor de televisión y otros instrumentos quirúrgicos, señaló que el tumor y no había más tiempo? Que no había nada para eliminar. Llevaba una mirada de desconcierto en su rostro. Empecé a sentir las cosas buenas que están sucediendo a mí. Yo no podía dejar de pensar en mi amigo, a quien había recogido Sobre el mismo día de lluvia, diciendo: "Te curas, estás curado, el Espíritu Santo ha entrado en ti", di gracias a Dios, mi ángel y mi Victoria nuevo amigo para todos mis bendiciones.

     
Me registré cada tres meses, durante el primer año, y luego cada seis meses siguientes, y, finalmente, Las onzas al año siguiente al año. Por desgracia, en mi tercer año de 2000, desarrollé un problema de deglución, nada que ver con mi problema anterior. Fui diagnosticada con cáncer de esófago de un informe de la biopsia ", que" confirmó los hallazgos del Dr. Ferrara. Él había llamado temprano por la mañana aproximadamente a las 8:00 am para decirme de las malas noticias ', que' Confirmado el cáncer de esófago, tercera fase. El cáncer se había roto a través de la pared de mi esófago y se extendió a mis ganglios linfáticos tuvieron. La noticia fue terrible. Que yo no estaba al tanto de mi hija, Stacey, estaba escuchando en la otra línea, ya que ambos cogió el teléfono juntos para responder a este llamado. Yo no sabía que había escuchado la noticia trágica, de los cuales yo no tenía la intención de decirle en este momento. Las noticias viajaban rápido y yo había sentido lo que sería en el mejor interés de decirle al resto de la familia de las malas noticias, ya que sabían que tendrían que sentir algo estaba mal y saber de todos modos, yo odiaba, pero tenía que serhecho, y que tenía que ser fuerte. Le pedí a Dios por la fuerza, por el bien de mi hija de Darlene, quien iba a casarse la semana siguiente, el 19 de mayo de 2000. Mi hija Stacey a la izquierda para ir a trabajar en la mañana que escuché a mi trágica noticia.Ni que decir, ella nunca dejó de trabajar, sino que iba a la iglesia a orar por mí. Una vez más, mi familia estaba reviviendo la pesadilla de nuevo. Sólo que esta vez fue moras amenazante y riesgoso.

     
Más tarde en la noche alrededor de 21:45 a mi hijo, Michael, estaba orando a Dios en sus palabras: "Te ruego que mi padre esté bien. Hacerlo mejor. Por favor, dame una señal de que está escuchando mis oraciones. "Entonces sintió una energía positiva, espiritual a través de su cuerpo en la que pedía a Dios que lo pasan a través de él a su papá. "Hágale saber que va a estar bien." En ese preciso momento mi hija Stacey, la carne de su casa aproximadamente a las 10 PM. Ella bajó las escaleras y me dio un beso en la mejilla y me entregó una estatua de la Santísima Virgen y le dijo: "Papá esto es para ti." Como las lágrimas comenzaron a bien en mis ojos, "no te preocupes", me dijo, "Vas a estar bien." Ella me entregó una tarjeta tamaño cartera con una foto de un hombre con una inscripción de NUESTRO GUÍA pasos ". Me echó un vistazo a esta imagen y la electricidad, la euforia y el calor comenzó atravesando mi cuerpo. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, y me gritó: "¿de dónde sacaste esta imagen? ¿De dónde sacaste esta imagen? Tienes que decirme! Es él! Que es él. "Con lágrimas rodando por mi cara y mi hija, ella me preguntó:" ¿Qué está mal? ¿Quién es? ", Dijo el," Este es el hombre que recogió en Hicksville Rd. Este es el hombre que oraba y me bendijo y me dijo que estaba curado, aguja de tres año. "Mi hija respondió:" Dad a este hombre ha fallecido. "Eso le dije que era imposible. Yo insistí: "Este es el hombre que se sentó conmigo en mi coche. Stacey tiene que decirme de dónde sacó esta carta? ", Me dijo que ella no fue a trabajar porque estaba muy molesto. En cambio, se fue a la iglesia a orar por mí, y luego fui a una tienda religiosa para comprar la Santísima Virgen. Más tarde se fue a orar por mí en la casa del Pallazolo, un muy religiosa, la familia cálida y amorosa que ella sabe. Mientras ella estaba allí, le dieron esta imagen tamaño de la cartera de un hombre. No tenía idea de quién era este hombre, que no sea la notoriedad que era un sacerdote muerto por el nombre del Padre Pío, que es un curandero conocido. Me dio instrucciones para aferrarse a esta imagen en todo momento. Me abrazó y besó a mi hija y le dio las gracias por mis regalos. Los dos lloramos de todas las emociones abrumadoras de esta noche. Ella me dijo que iba a tratar de averiguar más sobre el Padre Pío. Creo sinceramente que la señal de que mi hijo Michael había pedido a Dios, para asegurarme de que todo iba a estar bien, se le dio. Me encontré a mi amigo perdido hace mucho tiempo, que yo había recogido hace tres años! ¡SÍ! Fue PADRE PÍO! Él estaba allí para ayudarme, y sé que él está aquí para ayudarme ahora. El Padre Pío es a mi alrededor.

     
Las oraciones de todo el mundo empezó a llegar de toda mi familia, amigos, sacerdotes y monjas. He recibido cartas de comunicación y tarjetas de buenos deseos de todos. Los niños pequeños de mi primo, clase de primer grado padre de Linda oró por mí cada mañana y conseguir así a mano y tarjetas de oración con sus manitas. Los Caballeros de Colón, el cardenal Mercier de la Asamblea, de la que soy miembro de la 4 º grado y un caballero Sir de la Guardia de Honor, Sus oraciones también me incluyo.El poder de la oración me ha permitido ser cada vez menos miedo y me estaba empezando a aceptar el hecho de mi enfermedad.

     
El 19 de mayo de 2000, mi hija de Darlene estaba casado. Todos se mantuvo fuerte durante este bendito evento. Nos lo pasamos genial y maravillosa, a pesar de la enfermedad que se escondía dentro de mí. Nadie podría haber supuesto que algo estaba mal conmigo, aunque una buena parte de los invitados eran conscientes de mi desgracia. El miedo del interior desconocido de mí fue terrible, pero el Padre Pío y me guió a mi familia a través de este maravilloso evento bendecido por el matrimonio de mi hija y nos ayudó a todos a ser fuertes.

     
Unos días más tarde, empecé la quimioterapia y los tratamientos de radiación. Las lágrimas rodaron por los rostros de mi familia y nuestros corazones machacados con el miedo todos los días. Una vez más, se mantuvo fuerte para la familia pero en el fondo estaba realmente aterrada. Las oraciones fueron procedentes de todo el mundo, día a día. Mi hija, Stacey, había dicho a la de Palazzolo de mi reacción mandíbula caída tenía cuando ella me entregó la imagen a tamaño billetera del padre Pío. Nos invitaron al tanto de su casa por una bendición de un hombre, que se ha experimentado un milagro del padre Pío. Se sabe que median y transforman en el mismo curandero. Me senté en una habitación silenciosa y recibió su bendición. Colocó un crucifijo en las manos, colocó al lado de la medalla del Padre Pío sobre la mesa. Experimenté la sensación de empoderamiento de nuevo, el envío de los escalofríos corriendo por mi espina dorsal, una vez más. El Padre Pío estaba en todas partes, en nuestros pensamientos, en nuestras oraciones, y justo a mi lado, aunque el momento más disculpas en mi vida.Realmente me sentí su presencia. Cuando terminó con su bendición, me dijo que puede mantener el crucifijo y la medalla del Padre Pío, y le di las gracias por todo. Luego me pidió que por favor dile de mi encuentro con el Padre Pío ", que tuvo que ser traducido del Inglés al italiano por el de Palazzolo.

     
Comenzó a disminuir el temor en mi corazón. Mi actitud hacia mi enfermedad empezó a cambiar. Casi se me olvida que en ocasiones hubo algunos que viven la enfermedad del mal dentro de mí. Mi valor y la fuerza era increíblemente bueno, y mi sentido del humor cobró vida. Mis seis semanas de quimioterapia y la radiación estaba llegando a su fin. Mi radiólogo, el doctor Karten, me había llamado a su oficina para compartir sus propias palabras de aliento. Dijo: "Los pacientes vienen y van que he visto, pero nunca he visto a alguien con su actitud, sus maneras joviales, su actitud, y no puedo creer lo bien que te ves. Usted no perdió mucho peso has perdido el cabello normal, y no había marcas de quemaduras en las áreas designadas de la radiación a través de sus tratamientos. Con tan sólo dos días dejó el tratamiento moras de esta radiación muy resistente que hemos estado dando, (¿Qué será de más de 6.100 rads de radiación), en relación con su quimioterapia, te ves genial de lo que usted recibió.Vamos a superar esto! remarcó. Él me dijo que él tiene que presentar lo general, un informe de crédito y la de sus pacientes me ha dado que tenía que diez (10), diez siendo el más alto en la escala de uno a diez, y en otro informe con una escala de 1-4 horas y se entregó yo en un uno de los cuales el más alto en que las escaleras. Él me dio un abrazo de oso grande como salí de su oficina. Él y su equipo de enfermeras y técnicos me hizo sentir tan bien. Poco sabían que cuando yo estaba siendo administrado mis tratamientos y huyeron todos de la habitación para encender el interruptor, yo estaba orando al Padre Pío, a favor de destruir y matar todo lo mal que tienen las células cancerosas en mi cuerpo. Hice este tratamiento Todos y cada uno y se visualizó su lenta desaparición y la muerte.

     
Había llegado el momento de ir adelante con moras de prueba para evaluar qué tan bien los tratamientos trabajado. El Dr. Ferrara, Arreglos hechos para mí tener otra tomografía computada y radiografías abdominales el 25 de agosto de 2000. Yo iba a seguir con otra ecografía endoscópica, en el North Shore University Hospital el 29 de agosto de 2000 a las 7:30 de la mañana con el Dr Bansal, que es un especialista en este campo. Los médicos querían ver si el tumor se había reducido lo suficiente, sé que me puede prepararse para la cirugía con el Dr. Altorki, quien es un especialista en cáncer de estómago y esófago. En mi caso la cirugía implicó tanto. Ya se me informó de los procedimientos que era más que probable que se realice.

     
Después de esa noche, se me pidió participar en calidad de miembro de la Guardia de Honor del Cardenal Mercier K Grado IV Asamblea de la C, en las oraciones y la glorificación de esperanza, que algún día pronto se convertiría en un santo Padre Pío.Esta masa se llevaría a cabo el 19 de agosto de 2000. No se puede tener a esto como a la hora más apropiada. Fue un honor para compartir y orar en esta masa muy especial para el Padre Pío, a Santo Tomás Apóstol de la Iglesia en Hempstead, NY. Llegué temprano para saber que podía participar en el rosario por el Padre Pío antes de la misa. Me encontré con un amigo, Thomas Gallagher, quien también es miembro de la Guardia de Honor. Le hablé de mis intenciones y se unió a mí. La Iglesia estaba llena de fieles de todas partes. Yo no podía dejar de sentir el calor y la electricidad respondiendo a través de todo mi ser. Era hora de que todos los de la Guardia de Honor listo para salir a la calle de la iglesia en preparación para el inicio de la misa. Nos llevó a la congregación de los Sacerdotes, de todo, para comenzar la celebración de la Misa de Padre Pío. Me sentí muy honrada. Como nos dirigimos a la parte delantera del altar, vi una gran pancarta con el retrato del Padre Pío en el lado izquierdo de la iglesia. La sensación de calidez y cercanía vino sobre mí. Nos tomamos nuestro puesto asignado (asientos). Me senté en el lado izquierdo cerca de la bandera. Padre Pío parecía estar mirando hacia mí y yo en él. La electricidad era penetrante insuperable por todo mi cuerpo. Yo estaba orando al Padre Pío que me ayudara en las próximas semanas y para mí ver a través de mi crisis. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Yo esperaba que nueve de las lágrimas que rodaban por los feligreses notado mi cara. De repente, sentí un ligero golpe en el brazo izquierdo y miró para ver si el hombre sentado junto a mí había me quería para algo, pero se quedó mirando al frente. Poco tiempo después sentí que el examen del grifo, una vez más. Miré al hombre sentado a mi lado, pero él estaba en la oración. De alguna manera, tengo la sensación de que esta era la manera del Padre Pío de asegurarme de que todo iba a estar bien. La misa fue llegando a su fin. Era una masa muy bonito y es significado mucho para mí. Nosotros, la Guardia de Honor, acompañados todos de la masa y la saludó con la espada Que todo el mundo pasó entre nosotros. Oí un grito muy hermosa: "Papá, papá!" Miré para ver donde los gritos que vienen de entre la multitud de feligreses. Entonces vi el hermoso sitio de mis hijos, o mejor dicho los adultos. Tenían que ver cómo el Espíritu de su papá y Padre Pio en esta misa muy especial. Ellos sabían lo mucho que esta masa y el Padre Pío significado para mí. Me abrazó y besó a Todos y cada uno de ellos. Se me había hecho sentir tan bien. Nos dirigimos a la base de recuerdos y compró una pequeña estatua del Padre Pío, medallas y otros recuerdos ", que" me habían dado. ¡Qué hermoso día esto se convierta en. Me acompañaron a su alcance para Santuario del Padre Pío, y todos le rezaban. Parecía que tengo la sensación de una sonrisa en su rostro y el mío.

     
Llegó el día de mi ecografía endoscópica HAD, 29 de agosto de 2000, apenas diez días después de la visita con el Padre Pío. Fue alrededor de las 7:30 de la mañana, en el North Shore University Hospital. Las enfermeras me estaban preparando, y me dijo que me quito la camisa, los zapatos y mantener mis pantalones, y que se ponga la bata.Gracias a Dios que yo era capaz de mantener mis pantalones, porque en mi bolsillo fue este pequeño 4 1/2 pulgada de la estatua del Padre Pío. Me recosté sobre la mesa para conseguir preparado con una vía intravenosa en el brazo que me pudo el médico administre la sedación a través del tubo IV. Uno de los de la enfermera en la sala observó en la hermosa cruz que tenía alrededor de mi cadena para el cuello, y le dijo: "¡Qué preciosa medalla del Papa." Yo le dije que no era una imagen del Papa, que fue el Padre Pío, y yo la tengo en mi bolsillo también. Me metió la mano bajo la bata y se quitó el espectáculo al Padre Pío. Le dije: "Este es el Padre Pío, él está aquí para que me ayude hoy", tal como yo lo levantó para que todos vean. Comentó ¡Oh, qué hermosa, y ella salió de la habitación tocado por mis palabras. Dr Bansal, entró en la habitación , como yo estaba dando el Padre Pío de nuevo en mi bolsillo. me aferré a él con una comprensión firme. Me pregunté si el doctor sabía lo que estaba aferrándose a, y lo que él había pensado que él administró la anestesia. Cuando yo me desperté Vi a mi mujer llorando, pensé, Dios mío, no dejes que una mala noticia. Miré el médico que tenía una cara feliz desconcertado como él dejó escapar la gran noticia feliz, "Se ha ido! Su cáncer no está allí, se ha ido. "Yo no podía comprender por el momento porque yo era todavía un cenagoso poco de la sedación. Una o dos minutos más tarde, le pregunté al Dr. Bansal," ¿Es ido? Pero ¿qué pasa con mis nódulos linfáticos? ", respondió, "Se han ido, que no están allí!" salté de alegría y mi esposa comenzó a besarme por todas partes. "Se ha ido!", respondió ella, todavía un poco desconcertado, aunque muy feliz. Me pregunté qué quería decir que los ganglios linfáticos Were Gone . Más tarde me enteré que los ganglios linfáticos, o irritada cuando son atacados por el cáncer son muy prominentes o inflamadas, y el momento de tener a una normal no puede ser visto. Dr. Bansal, me había dicho que el cáncer en su observación ya no estaba? allí, pero para complacer a obtener otra opinión.

     
Seguí su consejo y dispuesta para ir a una segunda opinión del Dr. Altorki, en N. Y.Hospital de la Universidad de Cornell en Nueva York. Él era más que probable que sea el médico para realizar mi operación. Yo había hecho arreglos para recoger las copias de todos mis registros médicos Yo sé que ellos lo pudo hacer comentarios y en cuanto a su propia conclusión. Al revisar mis registros médicos, hizo esta declaración: "Estoy de acuerdo con la de otro médico en su descubrimiento de que su cáncer se ha ido, al parecer, se fue y lo consiguió por la Cura"! Se te había dado la máxima radiación y la quimioterapia, a veces funciona ya veces no. En su caso lo hizo, y no se puede discutir con el éxito. Se procedió a llamar a la consulta del médico que estuvieron involucrados en mi tratamiento, y para felicitarlos por el trabajo bien hecho. Al término de su conversación telefónica, me dijo que si yo tenía como desde el principio y lo vio, él tendría yo un trato diferente de análisis. Él me habría dado menos dosis de radiación y el tratamiento de quimioterapia, y se fue para el tratamiento no la cura, yo sé que se redujo el tumor y luego se han operado. Dijo: "Tú eres un hombre afortunado." Mi esposa y yo comenzamos a llorar con lágrimas de felicidad.

       
Yo sé que fue mi atención, y que era responsable de mi éxito! Mi éxito no se apartaba de mi lado a través de muchas pruebas. Él siempre estuvo ahí para mí y conmigo. Mi salud es "el Padre Pío!" Él ha afectado a nuestras vidas de tal manera que ha cambiado nuestras vidas para siempre. Padre Pío, es un alma santa que merece el título de un verdadero santo. Padre Pío, de mi familia y yo, gracias! Por favor, continúe mirar por encima de mi familia y yo, como siempre lo va a seguir investigando sobre ti como mi "Padre".
(Recordemos siempre todos los milagros son dones de Dios.)

                                                                                     
Todo el mundo puede ser como tocar como yo

 
Por favor, glorificar, y hacer,

  
PADRE PÍO
A

 
SAINT

 
Sinceramente suyo en Cristo
Anthony M. Fuina

   
(Foto de Lena Pennino TLIC)

               
    
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E-mail: afuina@optonline.net
    
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