Un sacerdote ortodoxo y su feligresía se convirtió al cristianismo en noviembre del 2007 tras levantar la primera Iglesia dedicada al Padre Pío. La conversión del sacerdote rumano fue a raíz de conocer la existencia del Padre Pío y ser testigo de un milagro realizado por Dios por intercesión del santo. La historia se remonta a 2002 cuando a la madre del sacerdote, que padecía cáncer de pulmón, le anunciaron que le quedaban pocos meses de vida. Ante tal situación el sacerdote contactó con uno de los cirujanos más eminentes y se trasladó a Roma con su madre. Durante la estancia frecuentaron una Iglesia en la que se encontraba una imagen del padre Pío ante la cual la madre se pasaba horas y horas contemplándola. Al cabo de quince días los médicos anunciaron que el tumor había desaparecido milagrosamente.
“La curación prodigiosa de mi madre, realizada por el padre Pío a favor de una mujer ortodoxa, me impresionó mucho – dijo el sacerdote ortodoxo –. Empecé a leer la vida del santo y conté lo sucedido a mis parroquianos y estos empezaron a conocer y amar al santo. Leíamos todo lo que encontrábamos sobre él. Su santidad nos conquistaba. Mientras tanto, también otros enfermos recibieron gracias extraordinarias del padre Pío. Entre mi gente se difundió un gran entusiasmo y, poco a poco, decidimos hacernos católicos (tras un largo procedimiento jurídico), para estar más cercanos al Padre”.
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